UN PASO DE BAILE A LA VEZ

-Pablo Alazraki

La danza, un arte tan antiguo como lo son la pintura y la música, nos ha acompañado a lo largo de la historia de la humanidad. Ya sea en forma de danzas rituales o como arte escénico, nos ha enseñado a transmitir mensajes, a expresarnos. Ya sea como medio de expresión, como una forma de ejercitarse o simplemente como una manera de invertir el tiempo libre, la danza ha demostrado ser útil y enriquecedora para las personas que la practiquen o que la contemplen.

Al enseñar danza, se les enseña que pueden expresar lo que sienten a través de sus movimientos y de la música; se brinda un espacio seguro en el cual podemos desenvolvernos. No se trata de un salón tradicional en el que hay cosas correctas e incorrectas, sino que cada quien puede encontrar algo único, su propia forma de ser.

En ITAM Construye, conscientes del impacto que tiene la danza en las personas, se creó DANCO, un grupo enfocado a la enseñanza de danza para jóvenes. La misión principal de DANCO, según palabras de Frida Márquez, maestra de DANCO, es “proporcionar a los niños un espacio libre y seguro donde puedan expresarse sin sentirse juzgados”. DANCO está dividido en dos grupos: el grupo de principiantes e intermedios, que abarca primaria alta y primaria baja y el grupo de avanzados, que abarca secundaria principalmente.
En DANCO se ha buscado enseñar varios estilos de baile, tales como ballet, hip-hop, jazz y danza contemporánea, a través de los cuales se busca proporcionar a los y las estudiantes las herramientas para que cada quien pueda decidir cuál es su estilo favorito. Sobre todo, se busca planear las clases con base en los estilos que a más estudiantes les guste, para que sea una experiencia personalizada para cada grupo.

Frida, contándonos un poco de su experiencia como profesora, nos platica que una de las cosas que más le ha gustado de ser profesora de DANCO es poder presenciar cómo los y las estudiantes empiezan su proceso de autoconocimiento; empiezan a descubrir cuáles son sus habilidades, qué es lo que se les dificulta y, sobre todo, qué es lo que les gusta. También nos comenta la ilusión que le hace pensar en cómo sus alumnos y alumnas la recordarán como “la profesora que hizo que me gustara un estilo de baile”, sabiendo que tendrá un impacto positivo en la vida de cada uno de ellos.
Otra observación que hace Frida es que ha sido capaz de ver el impacto que ha tenido DANCO al crear un sentido de comunidad. Al enseñar a estudiantes de la colonia Progreso Tizapán, ha visto cómo es que en poco tiempo se forman amistades de personas que comparten mucho en común, y cómo poco a poco van invitando a más personas a participar en DANCO, creando una “red” de desarrollo tanto personal como de comunidad a partir de la danza.

En DANCO se ha buscado mejorar a la sociedad fomentando una sana expresión de emociones y una forma de autoconocimiento que no solo influye a las y los estudiantes, sino a las mismas profesoras. Con pasión y emoción somos capaces de cambiar al mundo, y enseñando danza damos a las futuras generaciones herramientas para poder potenciar y enfocar estas dos cualidades; así es como DANCO ayuda a construir un mundo mejor, un paso de baile a la vez.